¿A donde voy?

El caminoSeguramente esta sea la pregunta que más se repite, tanto desde el sentimiento espiritual como desde el pensamiento material en estos momentos de profunda crisis. Lo más triste es que siendo la segunda pregunta por resolver más importante que puedas hacerte, la mayoría se decepciona, abandona su búsqueda o se distrae ante la falta de concreción de las respuestas que encuentra. Así, mientras nos quejamos porque nadie nos de la clave de nuestro origen y destino, somos capaces de no dar un paso por investigar a la espera de que otro nos ponga en bandeja el Qué y el Cómo de lo que es estrictamente individual. Este es un claro ejemplo de la inmadurez adulta, de que fuimos adiestrados y no educados. Seguimos en la comodidad de que nos dirijan, que nos den las reglas del juego para que, como los niños, más o menos a regañadientes sepamos por donde andar, con millones de resistencias por miedo a correr el riesgo de equivocarnos. No crecemos porque no queremos ser responsables de las implicaciones que tienen los errores, el tan temido sentimiento de culpa artificialmente instalado durante siglos por las religiones en la conciencia colectiva. Si eres consciente de lo que haces podrás sentirte responsable, pero no padecerás sentimientos de culpa porque, la culpabilidad, es solo consecuencia de la INconsciencia de los actos. . Condúcete con consciencia y dejarás de generar culpa, y si ya la tienes de antes, racionaliza su procedencia, averigua en qué momento de inconsciencia quedó impregnada, y por qué la adquiriste.

Por eso, quizás la ultima respuesta que desearías en este momento escuchar de ¿a donde voy?, siendo sin embargo la más maravillosa y mejor que puedan darte, es «A DONDE TÚ DECIDAS». Puede que te decepcione por encontrarla demasiado obvia o demasiado abierta, mentalmente indefinida, pero realmente nos resulta incomoda porque plantea un reto al uso más amplio de algo que no sabemos manejar, nuestra libertad individual. Por otro lado también es lógico porque fuimos educados para la carencia, para la dependencia de cosas y personas, para la esclavitud, y cuando nos ponen delante el «campo abierto» nos produce vértigo. Para que te des cuenta de que tu vida transcurre mayoritariamente en estado de esclavitud, no tienes más que reflexionar que tipo de sensación experimentas en los momentos de felicidad (¿de libertad?), o cuantas veces a lo largo de tu vida has tenido que reivindicar un derecho natural que te pertenece sin discusión alguna. Pero, como cualquier otro animal que ha vivido en cautiverio, (en nuestro caso un cautiverio mental, social), cuando le abren la jaula no sabe como reaccionar. Algunos sienten tanto miedo que regresan al fondo de su refugio no permitiéndose la oportunidad, otros se atreven a merodear manteniendose cerca de la entrada para volver a encerrarse al primer ruido desconocido, pero nunca se alejaran ni perderán de vista su cajón. Tal y como he leído en varias ocasiones, no es tanto el miedo a la muerte como el miedo a la Vida misma.

Siendo pues por naturaleza Seres I-limitados, nos perdemos ante lo que no tiene límites. ¡Qué incoherencia!, ¿no?, pero no te confundas, es tu mente la que te produce este conflicto reprimiendo tu auténtica naturaleza, porque es ella la que está limitada y no Tú. Cuando seas capaz de des-identificarte de tus pensamientos, de las definiciones, nombres y etiquetas, roles, e incluso de tus limitados cinco sentidos físicos, podrás acercarte a lo que realmente Eres. Con grilletes, no hay camino posible. Hasta que no te liberes de tu propia mente no podrás acceder a tu material ilimitado, seguirás dentro de un mundo virtual restringido a la programación que te fue implantada cuando no tenías capacidad para discernir. El mejor ejercicio que puedo recomendarte para desprenderte de los pensamientos que te esclavizan es como primera medida, reconocer sintiendo que no sabes, siendo esta la única manera posible para conseguir una actitud de aprendizaje, la humildad sentida, y a continuación la práctica de la meditación. No te resultará facil, pero tampoco conseguirás nada sin intentarlo y persistir. Un día, podrás reconocer lo que te digo.

«El que Es», Soy es a la vez la pregunta y su respuesta, soy el punto de origen y también el de retorno, la respuesta a  «quién soy»,  «a donde voy», y «de donde vengo», de donde parto y hacia qué me dirijo, es la Parte que busca re-unirse con el Todo del que se separó. Es ese dolor por el alejamiento de nuestra verdadera «Casa», la infinitud de nosotros mismos, con el anhelo de regresar a Ella. Siendo cada uno de nosotros una chispa de energía, una “causa”, una Posibilidad, quien-soy-yo, ahora debemos encontrar el sitio y la dirección hacia donde enfocarla.

TU INTENCIÓN CONSCIENTE irá creando el camino, escribirá una a una las páginas de tu historia. No podrás saber el final hasta que por volumen de hojas escritas (o camino andado) sea obvio, y aún así nada será definitivo hasta el último momento, siempre estarás a tiempo de modificarlo con el giro de una nueva intención. No encontrarás brujos, adivinos, ángeles, demonios, cartas del Tarot o invocaciones que puedan decirte lo que tú no has decidido, lo que está por crear. Nada que venga directamente del cielo intervendría en tu libre albedrio, es una Ley Universal que todo Ser elevado respeta. Puede que tengas que pasar por algunos capitulos (señales) obligatorios (para el aprendizaje hacia un desenlace feliz), tristes o no deseados, pero igualmente su contenido está reservado para ser escrito por ti únicamente. Puedes hacerlos más densos o menos, enfatizar en el contenido del dolor o por el contrario superarlo de la mejor forma posible y pasar al siguiente. Tu libro se escribe cada día, con una a una de tus intenciones y propósitos, empujados por la emoción (energía en movimiento) que esté asociada a cada una de ellas.

Por lo tanto, si quieres tener una idea sobre tu camino deberás, sí o sí, conectar con tu corazón, con tus sentimientos, determinar antes de nada y de la forma más honesta que te sea posible, que deseas realmente obtener, como quieres que sea tu historia. No te limites mentalmente, no calcules lo que puedes o no puedes, simplemente abre tu «jaula» y deja volar tu deseo, el de mañana, el de pasado mañana….. y cuando te quieras dar cuenta, el mismo hilo de la historia que has ido construyendo te dará el significado de tu existencia, tu Propósito de Vida.

Recuerda, con más sentido que nunca que……«Caminante no hay camino, se hace el camino al andar»

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