Para una vida más plena es fundamental empezar por cambiar el concepto que tenemos de “EXPERIENCIA”, porque VIVIR no es otra cosa que experimentar.
VIVIR es la capacidad para ELEGIR desde la responsabilidad cada EXPERIENCIA, en la que quieres entrar, de la que quieres salir o en la que deseas mantenerte. Y el MIEDO es nuestro aliado, nuestro socio en cada nueva experiencia, su función es servir de alarma natural que nos obliga a tomar consciencia. Contar con el miedo es una suerte siempre que el dueño de la empresa seas tú, siempre que conserves en tu poder al menos el 51% de las acciones, pero es un socio necesario, porque te obliga a reflexionar antes de elegir donde colocar nuevas «inversiones». Cuando te llegue recibelo sin más miedo, como a un amigo y no como a un rival, eres tú el que le dará una cualidad u otra, elige.
Todos sabemos que la idea de experimentar tiene socialmente connotaciones peyorativas porque en ello va implícito el “riesgo” del movimiento. De nuevo, la educación recibida demuestra una vez más lo complicado y contradictorio del mensaje VIDA y QUIETUD. Se permiten un número y unas determinadas formas de experiencia, pero aquél que no lo cumple por exceso se le etiqueta de “inestable” o“vividor”, y si es por defecto de “inadaptado”. ¡Manda……!
En esta educación tampoco se tuvieron en cuenta los sentimientos de frustración o de culpa que esto generaba. La salud mental del individuo y en consecuencia el equilibrio de sus relaciones, a mayor o menor escala, se ha ido deteriorando porque la prioridad en la enseñanza se fijó en el control del orden establecido y no en el desarrollo humano diferenciado.
Experimentar/vivir, con o sin consciencia, con o sin presencia, con o sin responsabilidad, marca la experiencia, y no su número o su forma. Pero eso no nos lo dijeron.
Si consigues interiorizar, que cada circunstancia, cada relación, cada trabajo, es una experiencia más por la que pasaste o estas pasando, estarás en disposición de aprender de ella, si las ves como un hecho estanco agradable o desgraciado, si no has asumido tu parte en la elección (no tu culpa) de cada acción, es muy probable que conviertas tu vida en un historial de cargas. Si sigues el hilo conductor de vivir la experiencia como un aprendizaje, entrarás por ti mismo automáticamente en la dinámica de las elecciones conscientes. Ni tú ni nadie podrá exigirte o garantizarte el éxito de tus propias experiencias, pero sí el aprendizaje.
Aprender supone tiempo, lo normal es equivocarse repetidas veces y no por eso debemos vivirlo como una frustración…… solo entramos y salimos de sucesivos periodos de aprendizaje, no olvides esto.
Y ahora hazte estas preguntas…….
¿Qué has aprendido de cada una de tus experiencias en pareja?…….
¿Que aprendes cada día en la relación con tus padres? ¿Y con tus hijos?……
¿Verdaderamente crees que ya lo sabes todo y que simplemente tienes mala suerte porque aún no has encontrado lo que deseas?……..
¿Crees que una o dos experiencias, incluso tres, son un fracaso?
De que crees que se trata…… ¿de buscar o de aprender?
¿Por que no te concedes el permiso para seguir siendo un alumno de la vida, que en realidad es lo que somos? …o, ¿Crees que eres Dios?
Da las gracias por cada una de esas oportunidades de aprendizaje y continúa sacándole a la vida lo que Ella te da, porque si no lo haces, la perderás.