Amor Libre

Mi querido amigo, Alejandro, mucho más que un amigo o categoría que podamos encontrar en éste plano mental, me ha pedido que hiciera público un «trocito» de mail que le envié en el que no había reparado, nacido del reconocimiento por su colaboración y ayuda. Lo copio pues tal cual, para que me sirva de hilo conductor en este post que sale del alma.

«No sabes lo que significa para mí contar con tu disponiblidad incondicional, porque es exactamente así como lo siento, pero quiero que sea a cada momento una elección y no una dependencia, por eso quiero aprender y que me enseñes a manejarme de forma autosuficiente al menos en lo mínimo, para tener el placer de sentir que todo lo que hagamos juntos y nos pidamos el uno al otro, sea compartir y no cargar.»

Realmente hay poco que podamos añadir a un sentimiento, simplemente poner consciencia a las palabras que salen del corazón para que la razón pueda aprender de ellas, algo que yo no había hecho hasta que otra persona me lo reflejó. Quizás tan solo resaltar que no es necesario saber quién lo ha escrito ni a quién se dirigió, ni tampoco el motivo que lo causó, es válido para todas las relaciones y puede representar la declaración más aproximada de lo que el Amor solicita para mantenerse libre, para que pueda ser en todo momento una elección y no una necesidad o dependencia, una entrega voluntaria sin espera y no la forma de pago de una factura. Ese es el único amor que no esclaviza, porque el Amor que se siente obligado a devolver, deja de ser Amor. Se auto destruye.

Es el Incondicional y libre el que realmente buscamos, sin a penas haberlo conocido por la sencilla razón de que no lo recibimos. Aprendimos como auténtico un modelo equivocado, el de la deuda o la culpa (que es lo mismo), porque nos dijeron que… ¡¡así era el amor!!, y nosotros lo creímos.