El sentimiento de culpa

La CULPA, es esa espada de Damocles que nos acompaña desde la más tierna infancia a partir de las constantes correcciones mal aplicadas y poco entendidas que recibimos de los adultos, ya sea por ignorancia de estos o por la incapacidad racional de la mente de un niño. Víctimas del sentimiento de incorrección que adquirimos sobre nosotros mismos, desarrollamos una permanente y variopinta actitud de defensa (ego) hacía el riesgo de ser castigados con la humillación, la vergüenza pública, el ridículo, la agresión verbal o incluso física, y mil formas más por las que sin lugar a dudas has pasado con anterioridad y todo tu cuerpo reconoce bien. Todas ellas se reducen al mayor castigo que un ser dependiente pueda recibir, la pérdida del Amor, el rechazo, el abandono, la soledad, la desprotección.

La amenaza del castigo que acarrea la culpa llega a ser tan inquietante, que simplemente olvidarte de dar las gracias o tardar en responder a un mensaje de whatsApp, nos desequilibra. En cualquier momento podría caer sobre nuestras cabezas, y si no lo hace, hay una fuerza interior que te arrastra como un imán a cometer una y otra vez los mismos errores. A suponer, a interpretar, a crear expectativas, a juzgar y juzgarte. Y lo sabes, sabes de sobra que no debías haberlo hecho, que hacer lo que tú mismo sientes como incorrecto va a poner de nuevo la cuchilla a un milímetro de tu cuello, y vuelta a empezar. Justificaciones y más auto justificaciones para alejar esa amenaza, con la angustia en el estómago, el dolor en el pecho y el corazón encogido de nuevo.

Si el castigo indefinido que esperamos sigue sin llegar porque el que hemos recibido a lo largo de nuestra vida parece no ser el suficiente, puesto que nunca consigue liberarnos de la culpa que sentimos, podemos llegar a hacerlo nosotros mismos según el tamaño de la carga, desde el auto saboteo a la adicción, desde el suicidio consciente al inconsciente de una enfermedad cuya gravedad estará en función del peso que sintamos llevar.

¡¡El tema, es muy fuerte!!

Cambiar la palabra culpa por responsabilidad no resuelve el problema, solo si eres capaz de desprenderte del sentimiento, y un sentimiento no desaparece por mucho que le llames de otra manera si tus creencias inconscientes no se modifican. Tampoco se puede soltar o llegar al perdón sin pasar por todo el proceso.

Juicio, culpa, castigo, obtención del perdón, va todo junto, ninguno tiene sentido sin el anterior en ese orden. Es el resultado de la dependencia, de la que tuvimos de niños y aún mantenemos de adultos. Es la fidelidad a nuestros padres y nuestra familia, la búsqueda del verdadero Amor incondicional que no conseguimos, los acuerdos y compromisos que adquirimos con nosotros mismos que no logramos cumplir.

SOLUCIONES….??

Con un poco de lógica que apliques te darás cuenta que habría que empezar por corregir desde el principio de la secuencia, el JUICIO y la DEPENDENCIA emocional. RESETEAR, LIMPIAR, SELECCIONAR entre lo que ya tenemos, para posteriormente CREAR por nosotros mismos, nuevos acuerdos, nuevas fidelidades y compromisos……

Es todo un trabajo de sanación y reconstrucción de nuestro auténtico YO. Recuperar TU ESENCIA.