Los sentimientos son como son, existen o no y se instalan de una determinada forma, son como la vida, nacen, crecen, y se transforman con el tiempo. Hay que aceptarlos, no podemos forzarlos en un sentido u otro porque más tarde o más temprano la verdad se impone dentro de nosotros aunque lo disimulemos exteriormente, haciéndonos vivir de nuevo en contra de nosotros mismos (la-clave-de-la-coherencia).
Nuestra autoridad está en nuestro Interior y por mucho que la queramos ignorar, que no queramos reconocerla, nos persigue porque es nuestro YO auténtico, nuestra Esencia, lo que nos hace diferentes.
La mente en estos temas distrae, retrasa, confunde, porque no está hecha para esa función, no es su competencia, pero es terca y nos han educado para valorarla por encima de la información que nos da nuestro propio cuerpo. Cuando un sentimiento no encaja con ella, se las ingenia para encontrar justificaciones a la medida como recurso para evitar el miedo a lo que pueda suponer el simple hecho de «ver», de darnos cuenta.
Los sentimientos no pueden imponerse, ni por parte de los demás ni por nosotros mismos. Nadie ni nada puede obligarnos a amar, no es una responsabilidad. Muchas veces nos hemos sentido culpables por no querer a nuestros padres o familiares como «creíamos que debíamos» (mente) hacerlo, y nos hemos sentido mal.
Esta dinámica es muy común en las relaciones de pareja, el hecho de enamorarnos, ser fieles o separarnos está impregnado de sentimientos que varían, a los que damos explicaciones racionales que pueden o no mantener una coherencia. Puede corresponder a esquemas mentales por jsutificarlos como «convenientes» o a miedos instalados insconcientemente por carencias de experiencias pasadas. En cualquier caso podemos estar viviendo un falso presente que determinará el nivel de satisfacción en nuestra vida.
Sentir y aceptar lo que siento es el primer paso. Si en tu relación de pareja las cosas no funcionan no te preguntes por qué, antes párate y siente lo que hay. Respira el amor de ese presente, no hagas caso al miedo, al vértigo que pueda producirte, de momento solo estás analizando lo que sientes y eso no te compromete a nada. Es importante que solo hagas eso, por varios días, lo que tenga que venir vendrá, por ahora solo averigüa que pasa dentro de ti.
Eres libre, puedes amar o no, y no debes sentirte culpable por ello.