Entender el mensaje

Para unos padres es difícil educar desde el conocimiento de las propias carencias, con la lógica inseguridad de lo que no nos enseñaron, pero si eres capaz de apartar de ti el miedo, los condicionamientos mentales, los patrones y etiquetas sociales, y abrir una página en blanco cuando estés delante de tu hijo, verás que educar es más una labor de atención que de intervención.

Después de tener claras las posiciones (conceptos-esenciales-para-la-educacion), será imprescindible que te centres en conseguir una escucha activa, ESTABLECER COMUNICACIÓN será el primer objetivo. No actúes hasta no haber entendido claramente el mensaje de tu hijo, porque dar “palos de ciego” puede acabar con otros vínculos importantes de la relación.

Sin comunicación no hay EDUCACIÓN si no “domesticación”.

Te ayudará mucho visualizarte como, un aparato RECEPTOR con un campo de captación lo más abierto posible, limpio, sin interferencias propias. Imagínate así siempre que estés en esta tarea:

Atentos siempre a RECIBIR la información a través de las señales que el niño envía. Calma, no empieces a interpretar antes de que termine:
Casi siempre cuando comienzan a emitir información (verbal o no verbal), nos anticipamos interrumpiendo su expresión, coartando los detalles en nuestro afán por corregir, mal interpretando el rol de padres. Muchas veces nuestro protagonismo adulto “sabelotodo” nos vuelve ciegos y sordos, tratando de quedar absurdamente por encima de un niño que cede alucinado pero que se reprime. A veces nos comportamos como si nuestros hijos por el simple hecho de serlo no tuvieran nada nuevo que mostrarnos que no sepamos ya, y ese es un grave error porque ninguna naturaleza es igual, está en constante evolución y son lo suficientemente complejas como para no parar de sorprendernos durante toda la vida. Actuando así les limitamos, les impedimos a ellos SER, y a nosotros CONOCERLES.
En cuanto tu hijo sienta coartada su expresión dejará de producirla, y se perderá la oportunidad de guiarle.

DESCIFRAR el mensaje: Hay que tener en cuenta que el niño se expresa con códigos NO verbales. El lenguaje hablado es lo último que aprendemos todos, incluso de adultos no conseguimos poner palabras a lo que nos pasa, entonces, ¿cómo podemos pedirles a ellos que lo hagan? Así pues debemos entender que el comportamiento en un niño es su lenguaje, su único modo de comunicar, “nos habla” a través de él. Aprender a interpretarlo es cuestión de observar los detalles, el cómo, cuando, y con quién ocurre, con tiempo, o con ayuda de un profesional en algunos casos. Por ejemplo, una rabieta, una rebeldía, la hiperactividad, pegar a otros niños, está queriendo decir…. “necesito que lo que está ocurriendo en mi entorno cambie”, sea esto un mala relación entre sus padres, una falta de atención hacía él, una presión escolar…… Él es el primero que sufre cuando no se le entiende o no consigue hacerse entender porque se siente solo e impotente.  (la-rebeldia-una-enfermedad)

El SER nace puro, los comportamientos que desarrolla desde la infancia hasta la madurez son la manifestación externa del equilibrio que hay entre su interior y su entorno.

Un niño de los 0 a los 7 años es un derroche de si mismo, de autenticidad, nada en él es bueno o malo, simplemente dispone de potenciales. Manifiesta su naturaleza, cualquier expresión insana es, o un reflejo de lo que le está llegando o un intento de comunicarse.

No te limites a oir, ESCÚCHALE con los ojos.