SEGUNDA PARTE: Viene de….estamos-de-limpieza-12-carta-introductoria
Hablemos de nuestra propia, como dije antes, “cueva”, en el sentido más profundo e íntimo de la palabra. Visualízala. Esa es tu verdadera “CASA”, tu interior. Continúa la visualización haciendo un barrido con los ojos por los detalles ¿Qué ves?….¿Qué sensación te produce?……. ¿te hace sentir bien? ¿No?…….
Si conectar con ella te da paz, perfecto. Si te resistes a verla, si te da miedo, espera, date tiempo, déjalo ahora y vuelve a intentarlo varias veces hasta que consigas mantenerte unos segundos dentro de ella.
Si tienes la sensación de densidad, peso, carga, atasco o perdida….. es que necesitas limpiar. Pero para realizar una buena limpieza, no queda otra que “sacarlo todo fuera”. Barrer y meter bajo la alfombra solo cambiará de sitio lo que sobra. Ese popular dicho de “olvida el pasado”, es el equivalente. En serio, ¿creéis que se puede olvidar la propia historia así, de un plumazo? Ni se puede ni es sano hacerlo.
Las heridas seguirán siendo heridas para recordarte lo que debes resolver, no son para hacerte daño, son para que no olvides tus asuntos pendientes sirviendo de catalizadores para tu evolución. No ver será la ilusión de que no existen, pero esa sensación es solo una fabricación de la mente y como tal durará poco, porque la mente no tiene capacidad para sufrir, es tu Ser el que está sufriendo, ¡Qué sabe ella de estos temas! Una herida es una herida, hay que volver y curarla definitivamente porque si no lo hacemos así estamos expuesto a que algo o alguien la abra de nuevo en cualquier momento, y nuestra actitud ante la vida nunca irá más allá de la supervivencia. No se trata de olvidar el pasado sino de sanarlo, porque está lleno de tesoros que en su momento no viste, volver a él para corregir los errores es la única manera de poder cambiar tu futuro. Esa es la autentica limpieza, el PERDÓN. Cuando seas capaz de perdonarte, podrás perdonar y ser perdonado, solo entonces quedarás liberado para siempre. (Para seguir un orden, debo dejar por el momento el desarrollo de este maravilloso acto humano, para mí, la herramienta más potente de sanación que existe, siempre a nuestro alcance y sin embargo tan oculta).
Bien, cojamos las pertenencias de nuestra “casa” o lo que en principio pensamos que nos pertenece, veamos en que estado se encuentran sus principales elementos y observemos uno a uno. (Leer cualquiera de los artículos que he escrito os ayudará a hacerlo, ese es su objetivo, “levantar los muebles” que nunca se han movido).
Podemos encontrar en nuestra vida, en nuestra casa, objetos materiales y personas que ya cumplieron su función, y por duro que parezca han dejado de tener sentido. Sabes perfectamente de lo que te hablo. SUELTA, dales las gracias y el reconocimiento merecido y déjalos partir. una-sana-despedida Puede que también tú estés impidiendo su avance. Da libertad y encontrarás la tuya, permite que anden y andarás tú. Estamos rodeados de objetos y personas que de forma inconsciente elegimos mantener utilizándolos como anclajes, producto de nuestro propio miedo, de nuestras justificaciones mentales.
Si estás atento verás como la Vida te sorprende proporcionándote las oportunidades que necesitas para esa tarea. Por ejemplo, perder la agenda de teléfonos, el móvil, dejarnos sin Internet unos días, encontrarnos a alguien que hace tiempo que no ves, una llamada, una frase…… Cualquier “piedra” es una oportunidad, solo tienes que descubrir que es lo que te está ofreciendo. Hay un proverbio que dice “solo se tiran piedras a los árboles que tienen fruto”. Puede que si has perdido un listín interminable de contactos, lo que necesites es filtrar (limpiar). Utiliza para ello tus recursos, entonces podrás estar seguro de que aquellos que regresan tienen aún un papel que realizar en tu vida.
Para terminar proponeos realizar un ejercicio que facilita el movimiento en esta dirección, y como no podía ser de otra forma es, hacer limpieza, pero esa que todos conocemos, de cubo y fregona. La diferencia con cualquier otra es que pongáis consciencia de “para que” lo hacéis. Paralelamente visualizar vuestro interior. Armarios, ropa, estantes de cocina, trasteros…. mover los muebles y cambiarlos de sitio, limpiar los rincones con una buena aspiradora, sacudir las alfombras, abrir todas las ventanas…. y soltar, tirar, regalar, desprendeos de lo que ya no tenga sentido mantener. Los recuerdos valiosos están grabados en vuestro interior y no necesitan de fetiches para estar presentes. Haced sitio en vuestra casa y haréis sitio en vuestros corazones, en vuestra vida, para que el aprendizaje de lo nuevo pueda entrar y asentarse cuando llegue.
Es muy probable que muchos de vosotros hayáis sentido inconscientemente la necesidad de hacerlo y de hecho estéis en ello. Ya os dije que el Universo es muy listo y siempre está al quite. Si es así, os habréis identificado perfectamente.
(Uffff, me he quedado agotada, esto ha sido todo un «parto» feliz)