Hacerse cargo. No hay vuelta atrás

Me sale del corazón escribiros, porque necesito que sepais lo orgullosa que me siento de vosotros, del esfuerzo y el maravilloso trabajo de consciencia que estais realizando. Porque sé lo dificil que es enfrentarse a la verdad y darse cuenta del tiempo de auto engaño en el que hemos estado dormidos, me siento a vuestro lado y revivo en mí todos esos sentimientos, y con ellos sigo limpiándome para dar más y mejor. Sé lo que es, sé cómo es, sé lo que pasais, pero también sé los resultados. No espereis que lleguen de forma inmediata porque es la vida diaria la que os permitirá comprobarlos en pequeñas y sutiles dosis, pero que sumadas, os irán indicando el camino. Pasos nuevos que explorar por vosotros mismos que a veces os producirán iinseguridad antes de darlos, pero notareis un impulso nuevo, una energía interior renovada que os dará la fuerza. Ahí es donde empezareis a percibir vuestros cambios, en la acción. (Carta a mis alumnos del Niño Interior)

Cuidado con el ego (vuestros modelos y personajes) que siempre estarán ahí para continuar ejecutando «el Programa» aprendido y trasmitido por vuestras familias, la cultura y la religión, exigiendonos resultados y juzgando negativamente a la primera oportunidad, minando vuestra autoestima, diciendonos «no puedes….». Pero si puedes, claro que puedes. Aunque si no te permites experimentar, si no nos permitimos equivocarnos, jamás aprenderemos nada.

«Hacer lo que siempre hemos hecho, nos llevará al mismo lugar del que venimos. Cambiar nuestra forma de actuar, es la única opción».

Ya no hay vuelta atrás. La información provoca el conocimiento, un mayor estado de consciencia, y eso obliga. Nos obliga a hacernos cargo de nuestras conductas, de las pasadas a partir de la adolescencia, de las presentes y las futuras, a asumir sin remedio nuestros errores y aciertos. Solo somos victimas durante la infancia, pero después, somos responsables únicos de encontrar las herramientas para corregirlo. Buscarlo o no, es una cuestión personal. «La Verdad os hará libres»

«El desconocimiento de le ley natural no exime de su cumplimiento». Allá cada cual.

Y esto es aplicable a todos, para los que vinieron antes de nosotros (padres) cuya ignorancia nos convirtió en victimas infantiles, y para los que vendrán después que también deberán hacerse cargo de lo que a ellos les hayamos trasmitido. No podemos obligar a hacerse responsable a nadie que no quiera, que por miedo a asumir sus errores no quiera «enfrentarse» al efecto de sus conductas, porque «hacerse cargo» es un acto interno completamente voluntario y debemos respetar las elecciones de cada uno por muy perjudiciales que nos parezcan. Intentar que lo hagan, es darse contra una pared, es dañarse a uno mismo para no lograr nada. Así pues son solo esas conductas, las nuestras, las que realizamos a partir de la adolescencia, de las que debemos responsabilizarnos y enmendar en la medida de lo posible. Una vez asumidas y sanadas a través del propio dolor que causan, perdonaros y pedir perdón a quién tengais que hacerlo, os liberará del sentimiento de culpa de tantos años. Pero eso sí, hasta que no consigais lo primero, perdonaros a vosotros mismos, el perdón a los demás será solo una ilusión de la mente.

Nada de esto puedo hacerlo yo por vosotros, ni nadie. Este trabajo es un trabajo de tiempo, un proceso paulatino que irá surgiendo despacio, sin prisas ni exigencias, creciendo como un sentimiento si continuais en el camino adecuado, el de la verdad de lo que sois, y que cuando ocurra debereis hacer en la más absoluta soledad porque es un trabajo de cada uno. No es de tus padres, ni de tu pareja, ES TUYO, es de cada cual.

Porque no se trata de quienes fueron los culpables, no se trata de juzgar porque eso no cambiará nada, se trata de ocuparnos de lo nuestro, de hacer lo necesario para liberar los sentimientos negativos y la vergúenza tóxica que la ignorancia ha provocado en nosotros y en toda la Humanidad, para que la descarga nos permita andar más alegres y ligeros de equipaje. Se trata sobre todo de hacer el trabajo de limpieza que los que nos precedieron no realizaron, para no seguir trasmitiendo el engaño y las creencias erroneas de generación en generación. Es el mejor regalo que podemos dar a nuestros hijos, limpiar el arbol de ramas infectadas del «gusano» del resentimiento, tabues, mentiras, hipocresia, incoherencia, y falta de conocimiento y responsabilidad. Es por ti y para ti, para tus padres y descendientes, para mí, para tus compañeros de taller, para todos. Es la parte que te corresponde realizar para la limpieza del Planeta, la única manera de colaborar y dejar la semilla para un mundo mejor.

Hacerse cargo requiere valentia, y mucha, mucha generosidad, pero una vez hayamos pasado por los pasos que este proceso requiere, siendo uno de ellos, el principal, el dolor que es el que purifica, nos sentiremos más libres, fuertes, energéticos, con mayor claridad mental y emocional en todas las parcelas de nuestra vida. A mayor dolor mayor sanación de la herida, siempre que se haga con la consciencia de lo que está ocurriendo tal y como os conté. Permitid que salga y lo sanareis, lo hareis en la medida que dejeis que ocurra, eso os llevará al siguiente paso en el proceso. Mientras no lo permitais no habrá avance posible. Tomaros el tiempo que necesiteis para hacerlo, para dejarlo salir, pero no os acomodeis en él porque correreis el riesgo de que vuestro ego se apodere de vosotros y adquiera un nuevo rol de «victima» negativizando a los demás con sus quejas, convirtiendonos en chantajistas emocionales inconscientes. Y vuelta a repetir patrones……(rechazo, abandono y frustración).
«Todo tiene su momento, todo tiene su medida, existen los límites y el equilibrio perfecto de las cosas». La tarea de encontrarlo es tuya, tú tienes el poder, tú decides.

Porque amo a la Vida y porque me amo a mí misma puedo a amaros a vosotros y al resto de seres vivos de igual manera. Solo me queda desearos LO MEJOR. Estoy en paz. GRACIAS.