Hoy escribo este post a raíz de unas preguntas sobre que pautas seguir en la elección de un determinado centro escolar para la formación de un hijo. El respeto a la libertad de los padres y a la individualidad del niño me obliga a reponder de la única manera que podría hacerlo evitando interferir en algo tan personal. Así pues, entiendo que mi única aportación en este tema debe ceñirse a compartir mis experiencias, lecturas y reflexiones, señalar las referencias del cambio que está llegando y apuntar sobre la nueva perspectiva en la enseñanza que ya es presente.
Existe un centro escolar para cada niño, el estilo de enseñanza que a uno le ha podido ir bien para otro ha podido ser desastroso, así que la apertura mental a la diversidad sin prejuicios externos es la primera condición antes de ponerse a valorar. Partiendo de que lo principal son las caracteristicas individuales de cada niño, se hace vital profundizar en ellas y en sus demandas. La bondad de un centro estará pues en la relación directa entre su enfoque educativo y las caracteristicas especificas de cada generación. En anteriores artículos he hecho referencia de una u otra forma a la línea que está caracterizando la llamada “generación del tercer milenio” o última generación de niños, y esta será una clave importante a la hora de elegir una formación adecuada.
Desde que yo recuerdo los jóvenes vienen padeciendo, como si de una maldición se tratara, la advertencia de nuestros mayores sobre la progresiva perdida generacional en valores. También mis abuelos por ser abuelos, (así lo entendía yo por aquel entonces), se apuntaban al club de socios de la frase “con esta juventud, a donde vamos a llegar”, aunque poco o nada eran escuchados. Lo peor o lo mejor, es que esa “profecía” se está cumpliendo, y el llamado “progreso” es evidente que no nos está saliendo gratis como bien pronosticaba la intuición de los sabios de la tribu. De sentido común es que en todo proceso haya un final, y en este caso ese límite debió ocurrir en la perdida de proporcionalidad entre lo que adquiríamos y lo que perdíamos en el camino, sin embargo la codicia mental por llegar más arriba nos ha dejado en números rojos como Humanidad. Todo indica según los acontecimientos actuales que hemos llegado a tocar techo. Las cada vez más numerosas dificultades, frustraciones, incompetencias, infelicidad, desencanto, el cansancio y la actitud de desmotivación generalizada están agotando nuestros recursos, y por lo tanto, mostrándonos no solo que debemos realizar un cambio sino que ese cambio es tan vital que nos está llegando impuesto.
Y aquí es donde entran Ellos, esa maravillosa última generación que tanto nos desconcierta, que en perfecto cumplimiento de su función social nos desesperan, mientras nosotros seguimos empeñados en que entren por el aro de nuestro incoherente mundo, en el que nada es como parece, rodeados de mentiras creadas por los propios adultos vendiéndose como modelos a estos mismos jóvenes, un mundo en el que el fin justifica los medios, donde el “tener” es más importante que el “Ser”, donde solo se predica con la palabra. ¿Y aún nos sorprende su actitud? ¿Qué pensais?.., ¿que no se dan cuenta de la hipocresía que nos envuelve?, ¿que no tienen ojos y oídos?, ¿Qué no pueden pensar por sí mismos? ¿Que son tontos o que no tienen sentimientos?……..
Los niños y jóvenes del tercer milenio están cansados de teorías que no coinciden con la experiencia, con lo que ellos huelen y respiran. Necesitan modelos honestos y valientes en los que puedan confiar. Su mente no está polarizada como la nuestra, su capacidad está integrada globalmente y su inteligencia emocional viene ya desarrollada de fabrica.
Y ahora poneos en su lugar por un momento, sinceramente, con honestidad,……, si vosotros llegarais a un mundo como este, pero desde el nacimiento cargados de facultades perceptivas infinitamente más afinadas que las nuestras, y vierais lo que hay,… ¿Confiaríais fácilmente en hacer lo que os dijeran? ¿Cederíais ante la imposición persistente de cualquier aprendizaje? ¿De cualquier maestro? ¿Estaríais motivados a formar parte de este sistema?
Los adolescentes de hoy y en breve los recién llegados, ante este panorama y con su edad solo tienen dos alternativas, la pasividad o la rebeldía. No están haciendo algo ilógico, todo lo contrario, muy coherente, mucho más que el mundo que nosotros les mostramos. No les gusta lo que ven y se rebelan como pueden. Son la generación del “basta ya”, la generación cuya función es pararnos para forzar a cambiar de rumbo, y de hecho lo están consiguiendo en su primera fase, que no es poco, porque han logrado convertirse en el quebradero de cabeza de equipos enteros de educadores.
Integrarnos, tanto ellos como nosotros, es solo una cuestión de canalizar potenciales, de ponernos a trabajar en paralelo y no por encima, porque tienen muchos dones y mucho que enseñarnos, por el hecho de que vengan con una forma desconocida no nos da derecho a juzgar sin la oportunidad de una escucha activa. Nuestro deber es proporcionarles el “campo” para que puedan mostrarse, y eso pasa por cambiar nuestra actitud soberbia de maestría por la de aprendizaje. Aquí está el cambio que debemos realizar, rebajar nuestro Ego. Con las nuevas generaciones la AUTORIDAD y el RESPETO hay que ganárselos, ya no sirve con tener el “titulo” de padre o maestro, ahora la connotación de esos términos debe modificarse por la de “guía” para el caso de los padres y “compañero de aprendizajes u orientador” en el caso del profesor, porque en esta generación cualquier esfuerzo por voluntarioso que sea desde la «torre» provocará su rechazo. El aprendizaje debe dejar de ser lineal y unidireccional para ser transversal, paralelo a la vida real y bidireccional, NO TEÓRICO sino cien por cien ACTIVO. Experimentar más que memorizar, debatir más que explicar, aprender conjuntamente como poner en práctica lo nuevo más que tratar de imponer en sus mentes nada viejo. Desestructurar vuestros antiguos esquemas mentales si queréis empezar a aprender aprender.
Podréis estar o no de acuerdo conmigo, pero ya son muchos los profesionales que empiezan a alzar la voz y a trabajar en este sentido, porque se han dado cuenta, han recapacitado sobre lo que hasta ahora se ha tratado de ofrecer a nuestros niños y lo han reconocido.
Por desgracia las posibilidades de desarrollo de los mismos centros educativos se ven limitadas por normativas obsoletas que casi siempre van por detrás de las demandas actuales. Hoy en día las diferencias no radican en impartir más o menos contenidos porque la información está al alcance de cualquiera gracias a Internet, sino que se trata de procurar el medio más propicio donde los potenciales naturales y diferenciados de un niño puedan desarrollarse, donde profesionales actualizados sepan identificarlos, valorarlos y respetarlos, optimizándolas para su proyección en la vida real.
La Naturaleza es tan sabia que nos hace potencialmente diferentes, de forma que, si cada uno desde la infancia fueramos guiados por el camino natural del desarrollo de nuestras propias cualidades y no las comúnmente impuestas, nuestro propio equilibrio y el de toda la sociedad estaría garantizado.
qué bueno Concha!
me quedo con TODO, pero especialmente con el hecho de que la autoridad y el respeto hay que ganárselos.
muchos besos