La autoestima, un asunto de infancia


Vivimos en un mundo incomprensible, con un amplio mercado de ofertas para saber, diplomas, masters, cursos de cocina, catas de vino, exámenes para controlar nuestra seguridad, de conducir, alcoholemia, leyes antitabaco, cursos prematrimoniales, cursos de preparación al parto……… pero increiblemente no existe ninguna obligación ni método de control para asegurar futuros adultos equilibrados. Saber lo imprescindible para ser padres debería incluirse en cualquier proyecto educativo que verdaderamente pretenda el bien individual, colectivo, y humano. No creo que sea falta de conocimiento de los responsables que deciden que es y que no es necesario en nuestra sociedad, no puedo por menos que pensar que no interesa.

Mi intención es poner un granito de arena y tratar de explicar de la forma más resumida y sencilla posible en donde se fragua el origen de nuestros males, en nuestra educación como niños que también fuimos, y en la de vuestros hijos ahora que aún estáis a tiempo.

El dibujo muestra el primer ciclo del desarrollo evolutivo individual (0-13 años). El niño que nace (Yo de la izquierda) no es un cuerpo vacío, poner consciencia en que ese nuevo Ser no es solo una materia bien hecha si no que es, tanto lo que vemos como lo que está por descubrir. Esa es la palabra, un niño no es una nueva  herramienta de uso familiar, es una «nueva tierra» por descubrir, con sus propias semillas y sus propios recursos, hay que averiguar cual es su riqueza y potenciarla.  Para eso hay que tener la suficiente apertura mental, confianza, seguridad y paciencia, como para dejar, sí, DEJAR CON TODAS SUS CONSECUENCIAS, que los brotes únicos y diferentes de la nueva criatura puedan salir a la luz en libertad. El niño solo necesita sentir que puede hacerlo, y lo hará. No tenemos que entrar a saco con todas nuestras máquinas escavadoras mentales de lo que es bueno y malo, de nuestro concepto de éxito o felicidad, olvidaos de ese anticuado rol de educador porque os convertireís en edu-castradores de vuestros hijos. Cada Ser trae consigo su propio diseño, el que necesita para SU particular objetivo en la vida.

Por favor NO ADIESTRÉIS, permitidle/permitios, el mayor y más mágico de los DESCUBRIMIENTOS!!!!!

El primer nucleo para la formación de la autoestima es la madre,  hasta los 9 meses de vida el niño no se diferencia de ella. En función de como se sienta la madre, realmente, así nos sentimos, así creemos ser nosotros. Una madre insegura, miedosa, frustrada, triste, herida, que no se ama, que se rechaza a sí misma, que no se siente amada……hará que su hijo sienta por sí mismo, lo mismo. Lo que los demás den a la madre, es lo que estarán dando al niño, así que, podeís ser todo lo amorosos que querías con vuestros bebés que, si por el otro lado estáis menos preciando a la madre, estaréis menos preciando al niño.

En esa primera etapa no tenemos consciencia de ser nosotros, somos nuestra propia madre. Podeís imaginar entonces que, si una madre irradia una energía negativa sobre sí misma, el hijo sentirá que no es suficientemente valioso, que su llegada no es bien recibida, que hay algo negativo en él. Veréis la importancia de este momento, algo de lo que normalmente nadie es consciente, sin embargo sin saberlo, está creando las bases de la seguridad que tanto necesitará tu hijo para desarrollarse convenientemente. Toda la parafernalia que podamos hacer junto a la familia, adornos, festejos, movilizaciones varias de visitas, charlas de recomendación….. no servirán de nada si el estado interno de la madre no es el adecuado. En el dibujo está representado.

También veréis que la madre es el puente hacía el conocimiento del mundo, pasando por varias otras etapas donde en cada una el mundo es para el niño eso más amplio que va conociendo progresivamente después de su madre, famila, escuela, sociedad. Sobre los 18 meses comienza la individualización del Ser, el niño puede percibirse como un otro diferente, empieza a formar la idea de su primera identidad. Hasta los 3 años va adquieriendo la confianza en sí mismo y en el mundo en función de la seguridad, estabilidad, coherencia y valor que el entorno de la familia le haya aportado. Para conocer el entorno debe poder explorar y cometer errores, debe poder manifestar lo que le gusta y lo que no, lo que necesita, lo que desea, sin por ello ser castigado o reprimido, sea lo que sea lo que manifieste el niño, nos moleste más o menos a los padres, JAMÁS DEBE SER RECHAZADO, HUMILLADO O AVERGONZADO, hay que ofrecerle alternativas no negaciones, porque en su pensamiento aún muy primario, una respuesta así será interpretada como un atentado hacía él y no hacía su conducta, entenderá que es él el que no es adecuado, entenderá que no gusta, que si quiere amor no puede ser tal y como él es. Podría empezar a generar un personaje vigilando el exterior, por ensayo error aprenderá a Ser como los demás desean, y poco a poco irá abandonando su verdadero YO, empezará a avergonzarse de sí mismo y a crear una falsa identidad que le acompañará hasta su edad adulta. Sus emociones reprimidas se congelarán en su interior y serán las que de adulto sabotearán sus relaciones una y otra vez, sin acordarse de qué y cómo se formaron, simplemente le amargarán y le impedirán encontrar la satisfacción y la calma. Toda una vida ansiando lo que no puede reconocer.

Muy resumido, es lo que les pasa al 80% de los adultos, 80% que a su vez educan niños en la casa o en la escuela con la consiguiente contaminación que se trasmite de padres a hijos. Un porcentaje altísimo de personas absolutamente incapacitadas para generar estima cuando ellos no la tienen. No es una catastrofe, es una consciencia que implica la responsabilidad de tener que enfrentarse a ella. Algunos prefieren obviarla, mirar para otro lado sin resolver el problema desde la raiz, ellos mismos, sus propios padres….. creandose la ilusión mental de que ese nuevo Ser les dará la posibilidad de «hacer las cosas bien», aquellas que no hicieron sus padres con ellos,  de «empezar de nuevo», tratando de que el niño sea aquello que a ellos no les dejaron ser, proyectando sobre esa esencia que nada tiene que ver con su historia personal, el cubo donde volcar todos los deseos no cumplidos, ignorando de nuevo como también hicieron con ellos, la propia identidad del recien nacido.

LA BUENA EDUCACIÓN EMPIEZA POR TI

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