En principio parece un poco osado atreverse a generalizar, pero a pesar de ello lo hago desde el mayor respeto porque tengo fe en su evolución y pienso que la información que no nos dieron es fundamental para caminar hacia una forma de pareja más sana y constructiva. Sin entrar en detalles solo pretendo señalar los errores «de bulto» que más se repiten, aquellos puntos clave a tener en cuenta que os puedan orientar en vuestros propios casos.
El primer concepto que hay que tener claro para entender las dificultades de pareja es que, «la pareja» se crea, en principio no es una entidad sino la interacción de dos individualidades separadas, por lo tanto, sus problemas no pueden tratarse desde el punto de vista del conjunto sino desde cada una sus partes.
PRIMER ERROR: Entrar en relación desde la necesidad, los miedos, o las carencias.
Podemos empezar por lo más general, la «busqueda». La actitud de buscar nos predispone a enfocar solo en aquello que por «modelo» o por anteriores experiencias frustradas creemos en ese momento «bueno» para nosotros, corriendo el riesgo de que el miedo inconsciente a quedarnos solos nos induzca con ilusiones mentales sobre aquella persona en la que nos hemos fijado. La mente es selectiva y ve solo, cómo y lo que quiere ver, en función de las «creencias» y «carencias» personales de cada uno. Todos tenemos experiencia de esto con amigos donde es más fácil de ver que en nosotros mismos. A partir de aquí empieza una cadena de proyecciones y expectativas que están más cerca de lo que «nos gustaria» que de la realidad.
Nos predisponemos al encuentro de lo que llamamos complementario, que a parte de tener en el mejor de los casos un mínimo de afinidades, pensemos que puede rellenar los huecos que sentimos vacíos internamente. Y a partir de ahí, en más o menos tiempo, el intento de pareja se convierte en un hervidero de demandas al otro, las discusiones de dos niños en el patio del colegio donde cada uno proyecta sin saberlo las heridas sobre aquello que sus papás no le dieron.
Para resumir este párrafo podemos decir que desde el primer momento de la elección, el riesgo de relación frustrada está altamente asegurado si previamente nuestra individualidad es absolutamente desconocida para nosotros mismos, entrando en pareja desde la necesidad inconsciente por «cubrir» carencias emocionales, no reconocidas, no trabajadas, y muchísimo menos aún resueltas. NO ESPERES QUE NADIE TE DE LO QUE TÚ NO PUEDES DARTE A TI MISMO.
SEGUNDO ERROR: No saber pedir, no saber recibir.
Siendo lo que parece en un principio la actitud más fácil, es quizás el problema individual más común actualmente. La educación nos ha grabado creencias negativas sobre el hecho de pedir como signo de «egoismo», y el hecho de recibir como una señal que pone en duda nuestra capacidad de auto suficiencia (la «guerra» de sexos). Lo que socialmente se interpreta como simbolo de independencia no es más que una incapacidad emocional inconsciente a la que comunmente llamamos orgullo, por muchos incluso valorada en positivo, siendo en realidad la manifestación de todo un listado de miedos. Muchas de las personas que se quejan de ser ellas las que siempre o más «dan», detrás y en la otra cara de la moneda, encontramos encubierta una incapacidad para recibir. «El que da, controla», esta es la dinámica inconsciente de muchas parejas que siguen unidas no por lo que ellos interpretan como amor sino por co-dependencia. El miedo a la pérdida es la base de este tipo de relaciones, lo que la solidifica y la convierte en esclavitud es la creencia de ser imprescindible en el uno y la deuda que se va acumulando en el otro. Lo que puede empezar por garantizar la permanencia puede terminar siendo la carga que imposibilite la ruptura deseada.
La pérdida del equilibrio entre dar y recibir que mantiene la salud de una pareja (producido por lo que he nombrado anteriormente como primer error), transforma los roles de igualdad y convierte la relación en filial. Desde este momento la pareja ha desaparecido como tal , algo que en muchos casos se creó así desde el noviazgo.
TERCER ERROR: Transformación de los roles
En continuidad con lo dicho, este es el error consecuencia inmediata del anterior que ocurre cuando el equilibrio en el dar y recibir queda descompensado, porque no se sabe pedir, porque no se sabe recibir, porque el dar supone compromiso, por lo que quiera que sea y motivos hay miles, tantos como el número de carencias que padezca cada uno, y la igualdad pasa a una relación en vertical transformándo los roles ejecutivos y sentimentales en roles filiales de padre/madre (cuidador-educador) a hijo/a (el que recibe y es educado). Actitudes repetitivas de intentos de educación mediante la constante corrección y la riña, dinámicas de queja, sobre-atenciones, intrusismo en todas las areas de la vida del otro y chantaje emocional desde el papel de victima, entre otros, convierten la relación en una replica del modelo que vivimos en nuestras respectivas familias de origen, algo de lo que en la mayoría de los casos en su día, con más o menos consciencia, salimos huyendo. Como ya comenté en un anterior artículo esta es la causa que garantiza con mayor probabilidad la infidelidad por cualquiera de las partes, porque a nadie le apetece mantener relaciones sexuales con quién siente como su padre/madre, y viceversa, ninguno de ellos podría verse motivado por la persona a la que siente como un hijo/a.
En fin, creo que leer y procesar esto es bastante espeso, doloroso y costoso, pero por otro lado hazlo cuantas veces necesites porque es de vital importancia, a buen seguro, cuales quiera que sean tus problemas de pareja estarán derivados de alguno de estos tres que en realidad es uno solo que comparten origen. Pero no te desanimes porque es posible, se puede, pero como siempre tienes que tener claro que el poder está en ti, no lo eches fuera, está en nosotros mismos, de uno en uno.
La pareja no es el complemento cuando ese TODO que eres TÚ está completo, él/ella es el otro TODO con quién compartir y co-crear. Cónoce primero tu interior oculto, al niño o a la niña herida que llevas dentro, trabaja en ello, expresa, resuelve y gana. Si todos lo hacemos TODOS ganamos, porque el hombre y la mujer fueron creados para estar juntos.
En la calidad de nuestra unión está la base de la Evolución Humana. ¡¡¡¡ RE-EVOLUCIONA !!!!
Superinteresante, te pongo un enlace en mi blog.
Muchas gracias
Qué buenísimo Concha, GRACIAS, cómo siempre, dando en el clavo!!!