Lo de olvidar el pasado y “pelillos a la mar” es una soberana tontería, más que nada porque en la práctica todos sabemos que no funciona. Y no funciona porque lo importante del pasado lo llevamos grabado en la piel del corazón, y eso no se borra así como así. ¿Alguien es capaz de olvidarse de lo que le ha formado? Olvidar es un proceso mental, y como el corazón no está en la mente, desde ese espacio no conseguimos nada por mucho que lo intentemos, el que diga que sí se engaña a sí mismo o no se observa en determinados momentos de tensión o enfado.
Este año pasado, como todos los demás, también nos dejará su huella. Aún estás a tiempo de elegir desde la madurez y la reflexión en el presente si guardar en tu espacio del corazón una experiencia de aprendizaje o un tormento. “Si cambias la forma de ver las cosas, las cosas cambiaran de forma”. Cada uno debe hacer su análisis individual en el que yo no puedo entrar si no es por encargo, pero sí podemos hacer y de hecho es bueno que hagamos, un análisis colectivo sobre la experiencia.
Muchos estaréis conmigo en el carácter tan especial de este año 2010, y no hablo de economía, hablo de un movimiento de consciencia tanto a nivel individual como colectivo. Como es lógico, los efectos del “Uno” conectan y afectan a la red más cercana y esta a la suya hasta expandirse a esferas mayores.
En este año la percepción del tiempo se ha acelerado empujándonos a experimentar un mayor número de acontecimientos en todos los ámbitos de nuestra vida. Todo ha ido ocurriendo más deprisa, como si desde arriba alguien hubiera empujado la típica bola de nieve que crece a medida que rueda obligándonos a reaccionar al ritmo de su aceleración, y si no corres por delante te arrastra. Puede que muchos identifiquen esta bola con la crisis económica y desde luego no cabe duda de que ha sido un fantástico instrumento, pero solo eso, porque no creo que nadie valore su vida en función de las subidas y bajadas de la bolsa, sería muy triste y todo un desperdicio de oportunidades.
Lo que estaba latente se ha precipitado, en las parejas, con los hijos, con la familia en general, incluso los trabajos se han hecho casi insoportables para aquellos cuya labor no correspondía ni con sus intereses ni con sus potenciales. Lo que tenía que unirse se ha fortalecido y lo que tenía que separarse se ha roto.
Una necesidad de cambio repentina, impulsiva y urgente. El que no se ha mudado ha cambiado sus muebles, ha hecho limpiezas a fondo, pintado el piso…., en casi todos los casos cambios radicales del entorno, todo ello bajo la inconsciente necesidad de reafirmar la autenticidad del Yo diferente. Cambiar decoraciones clásicas por vanguardistas, pasar del color discreto al llamativo o al blanco más luminoso, cosas así, tirar y regalar objetos o ropa de toda la vida, limpieza de agendas, coches, inicio de hobbies aplazados…etc. Todo se ha movido para ganar en satisfacción personal por el detalle, por lo íntimo, por una vida más coherente y en sintonía con uno mismo.
Necesidad de retomar. Curiosos y números encuentros ¿casuales? con personas que hacía tiempo que no veíamos pero en las que hemos pensado muchas veces. Llamadas de teléfono, correos, referencias por terceras personas, oportunidades que se nos han presentado en forma de una clara invitación a retomar relaciones que durante todo este tiempo de “locura colectiva” habíamos abandonado. Familia y amigos de la infancia que han aparecido de repente como por arte de magia.
Desorientación que nos ha obligado a parar para tomar referencias, sensación de desmonoramiento y de euforia alternos ajenos a nuestro control, sorpresas en el comportamiento de uno mismo y de otras personas. ¿Y para que ha servido este pequeño caos? Pues ni más ni menos que para forzarte a estar atento.
Para resumir podemos decir que el 2010 ha sido un Año de preparación forzada, de entrenamiento para lo que ha de venir, no os quepa duda. Si no has aceptado la necesidad de cambiar tus esquemas empieza a hacerlo porque por cada año que pase la presión irá en aumento. Estar preparado para afrontar y gestionar las Verdades personales y colectivas, sean estas las que sean, es el objetivo. Si has permitido en este año que ocurrieran te sentirás fuerte y el siguiente podrá ser un paseo y no una pesadilla de resistencias. Como siempre Tú eliges.
Como siempre que te escucho tu boca es un manantial de verdades que abren nuestra mente y ensanchan nuestro corazón.
En verdad es tiempo de despertar del sueño de la ignorancia ensalzada y admirada par vivir la visión de la conciencia ampliada.
Poco a poco La Verdad nos va conquistando y recolocando al centro, al punto de equidad que nos permite tomar las riendas; haciendonos directamente responsables de lo que acontece y nos acontece.
Realmente crecemos tan rápido que la carcel nos aprisiona hasta ahogarnos, empujandonosa nacer a una nueva realidad si o si. Parece duro,pero en el fondo es grandioso, pura poesía.
Gracias por tu inspiración querida Concha. Llegó el momento de dejar crecer la chispa divina que habita en nuestro corazón para poder afrontar y gestionar esas Verdades.
Mil besos y salud !!!
Me gustan tus reflexiones Concha.
Lo mejor está por venir, por descubrir, vamos hacia un cambio extraordinario, amorosamente grandioso!, no hay duda.
Con la mayor tranquilidad en la que podamos estar, en nuestro centro, atentos, observando con confianza, paciencia, entrega «surrender» rendición, la vida te traerá lo correcto para ti para cada uno y sabrás sabremos distinguirlo por lo que sientas sintamos (observa tu cuerpo, tus emociones), respondiendo a la vida, respondiendo a la invitación, con confianza, paciencia, rendición, descubrir lo correcto para nosotros.