Una lanza por el sexo masculino

Mi voz nunca ha tenido género, pero en esta ocasión quiero hablar como mujer y mirar en masculino. No importa de lo que se trate creo que persona es SER, y da igual SER o SERA, rojo o azúl, verde, amarillo o de lo que se difrace, lo importante es lo que hay dentro. Nos dejamos llevar por las palabras y no nos fijamos en el fondo del mensaje. A mí particularmente los extremos no me gustan, propician separación, nos dividen. Actualmente, el concepto feminista en paises desarrollados no me parece que reivindique igualdad, para apoyar a la mujer llevado a extremos no es necesario despreciar al hombre.  Seguir hablando del pasado, sea de política, religión o género, no es más que una clara muestra de resentimiento (¿o de intereses?). No creo que sea necesario llegar al polo opuesto para darnos cuenta de que la igualdad es EQUILIBRIO. Creo que todos los inicios de causas sociales parten de una realidad injusta pero que pasado un tiempo pueden instalarse en parte de la sociedad como ideas negativas (prejuicios) que trasmitimos de generación en generación.

En la práctica se ve, si tecleas maltrato a hombres, o asociaciones de apoyo especificas de tu genéro….. encuentras poco o nada, y todas dirigidas exclusivamente al rol de padre. El apoyo diferenciado al colectivo masculino no existe, y aunque su herencia histórica tenga otras caracteristicas, también está cargada de condicionamientos que han dificultado su desarrollo individual como ser humano. Creo que en general hay una resistencia al reconocimiento, pertenecemos a en un país de extremos, pasional, impulsivo, al que le cuesta el termino medio.

Empiezo a ver en el hombre una situación de fragilidad o indefensión que me recuerda a la falta de voz de aquel tiempo en el que las mujeres teníamos miedo o no podíamos mostrar nuestra fuerza, el incremento de casos de hombres maltratados psicológicamente, no por mujeres sino por seres del sexo femenino con graves problemas emocionales sin resolver. Así es como se debería entender también para el caso contrario, la diferencia está en que se haga o no público. Que más dá si la humillación viene de un determinado sexo, que más da si la desigualdad es o no de género, que importa si nuestros nombres terminan en «a» o en «o». ¡Ya esta bien de dividirnos!, en eso y en todo lo que suponga etiquetas, mensajes de separación que provocan enfrentamiento. Victima o verdugo puede serlo cualquiera, tenga o no asociación que le represente. (Como se manipula la obtención de datos para el propio beneficio watch?v=rYB_WuL8OSw)

Muchas veces me preguntan por qué no me presento como psicólogA en vez de psicólogO, y siempre contesto lo mismo, antes que mujer soy SER y considero que el ejercicio de una profesión no depende del género de quien la practica. Es la mente de nuevo la que hace esa pregunta claramente condicionada por los efectos de patrones más actualizados, pero patrones al fin y al cabo, buscando la etiqueta en sus archivos, sacando la información que entra del exterior más o menos manipulada por intereses creados.

Esto es para EllOs, pero sobre todo para NosotrAs: Si nos atribuimos la cualidad sensitiva, comprensiva y acogedora, ¿que estamos haciendo cuando no dejamos sitio? Y si no es cierto, porque efectivamente como reivindicamos somos iguales…….., entonces para VosotrOs: Seguid abriendo paso (parece que ya se nota), rompiendo la armadura que tanto os pesa de años y años de represión emocional, sentimientos propios ahogados en el interior con deseos de ser reconocidos.

Vamos a igualarnos, pero de verdad y en todo, uno por uno, trabajando el SER y no al personaje, rompiendo las cadenas de fidelidades pasadas, de educaciones que heredamos enfrentandonos unos a otros sin sentido por el simple hecho de llevar o no pantalones, banderas o crucifijos.
PORQUE TODOS SOMOS UNO. No mires mal o prejuicies a otro organo de tu cuerpo, nuestro higado no humilla al bazo, ni éste desprecia su estómago, saben que el bienestar y la supervivencia dependen de la salud de cada uno. ¡Cuidemos nuestro cuerpo Universal!, construyamos una sociedad equilibrada de hombres y mujeres que se ayudan independientemente del sexo que les distingue, una sociedad de personas que ante todo comparten la oportunidad de vivir.

Con todo mi respeto y admiración a la diferenciación sexual independiente.