¿Vacaciones?,… relax o tensión

Si tomáramos las vacaciones como lo que verdaderamente son, un tiempo para el “no hacer”, en vez de cambiar unas obligaciones por otras, tendríamos una buena oportunidad de observar y observarnos, para tomar consciencia de lo que somos, de lo que hacemos y donde estamos. Pero con tal de no ver, llegamos incluso a sacrificar nuestras necesidades más básicas de tranquilidad y descanso después de un invierno para la mayoría duro. Callamos y hacemos por la pareja, por la familia.., porque nos dijeron que eso era Amor.
Pero seamos honestos,….. ¿Lo sufres por Amor o por miedo? No te quepa duda que todo lo que surja del Amor no pesa, te hace sentir pleno/a, feliz, aumenta tu buen humor y tu energía. Si no es así, no está saliendo del Amor, tu mente está utilizando esa excusa para justificarte. Esta confusión nos mantiene atrapados año tras año, por eso las vacaciones de verano para muchos es el incomodo escenario anual del verdadero guión de sus vidas.

De todos es conocido que el número de separaciones aumenta después de la época estival, y con toda la superficialidad del mundo, se le echa la culpa al exceso de tiempo libre. ¿Es el tiempo libre o lo que muestra? Es, ¿inmadurez, hipocresía, ceguera, desinformación o miedo?, lo que nos hace repetir las mismas situaciones verano tras verano. Bajo cualquiera de las explicaciones subyace un fondo de falta de voluntad real o un cansancio, que no es otra cosa que la perdida del Amor por nosotros mismos.
Esta es la verdadera causa de la continuidad en las relaciones destructivas, las vacaciones no las destruyen, solo las muestran en un corto espacio de tiempo.
“Lo que tengo es lo que me merezco”. Si lo que tienes no te satisface y no luchas por conseguir lo bueno que deseas para ti, es que tu inconsciente cree que no te mereces más. Deja de echar balones fuera, de culpar a los demás y a las circunstancias lo que solo tú estás permitiendo por acción u omisión.

Hazte estas preguntas, siente cada respuesta, y reflexiona:

Cuando doy la espalda a mi felicidad… ¿Quién me está castigando realmente a no tenerla?
Cuando sacrifico lo que deseo… ¿Qué estoy queriendo demostrar? ¿A quién?
Después de cada concesión…. ¿Encuentro lo que buscaba?
Cuando no me tengo en cuenta…. ¿Qué siento?…. ¿alegría? …. ¿pena?
Evitar el conflicto… ¿Modifica mis sentimientos?
Si mi rabia hablara…. ¿Qué me diría?

“Si sigues haciendo lo que no funciona, seguirás obteniendo más de lo mismo”

Mantener al personaje o sujetar “la tapa” de las emociones durante tantas horas sin escapada posible, genera un estado de estrés por represión que estallará a la mínima, provocando la liberación de la rabia individual acumulada. Los sentimientos son, y no pueden modificarse. Dependerá de vuestra actitud que esta situación se mantenga como supervivencia o tenga alguna posibilidad de cambio con el aprendizaje. Podéis volver a casa cabreados/as, excitados/as, frustrados/as y agotados/as, o por el contrario, dejar que surja cada sentimiento sin exageraciones ni victimismo, y aprovechar la nueva oportunidad para ver y tomar mayor consciencia sobre vosotros mismos y vuestras relaciones. Simplemente deja que ocurra sin tratar de “sujetar” nada, porque aunque por este verano a consta de tu estado de control lo pares una vez más, el fondo seguirá siendo el mismo.
Las vacaciones son un regalo para el cuerpo y el espíritu, es un tiempo para liberar no para resistir o controlar, pero la relajación y el descanso solo son posibles desde la honestidad. Empieza por reconocer ante ti mismo tus propios sentimientos.